Esta última semana hemos trabajado en clase el deporte
conocido como Ultimate. Para ello, en la primera clase, nos dedicamos a
familiarizarnos con el frisbee y practicamos cómo pasarlo, además de hacer un
pequeño juego en el que había que intentar llegar de un lado al otro del campo
pasándonos el frisbee entre los componentes de un equipo mientras que otro
intentaba impedirlo.
La segunda clase la dedicamos solamente a partidos: dividimos
la clase en tres equipos de 8 jugadores cada uno, y mientras dos de ellos
jugaban, el otro descansaba. El equipo vencedor era el que seguía jugando, y el
que perdía el partido pasaba a descansar.
El objetivo del partido era conseguir el mayor número de
goles, que se marcaban consiguiendo que un jugador de tu mismo equipo recibiera
el frisbee dentro del área rival. Los pases entre jugadores del mismo equipo debían
hacerse a más de tres metros, no se podía retener el frisbee durante más de
cinco segundos (contados por el defensor que te cubría) y no se podía dar más
de dos pasos con el frisbee, ya que si lo hacías cometías falta y el frisbee
pasaba al equipo contrario, que sacaba en el borde del tu área, de espaldas a ella.
La posesión también pasaba al equipo contrario si el frisbee caía al suelo o si
un pase era cortado por un defensor.
Al marcar un gol, ambos equipos se colocaban en sus
respectivas áreas y sacaba el equipo que había marcado, teniendo que lanzar el
frisbee al campo contrario. Si no pasaba el centro del campo, sacaba el otro
equipo desde donde hubiera caído.
Este deporte ha sido un descubrimiento para mí, ya que siempre me había parecido que jugar a lanzar el frisbee era algo aburrido y monótono, y sin embargo me han parecido muy divertidas las clases dedicadas a Ultimate. Además, considero que es un deporte apto para todos, ya que no requiere tanto unas determinadas capacidades físicas, sino trabajo en equipo y destreza.
Beatriz Melitón Carrasco 1ºM
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