Siguiendo en la línea de practicar deportes poco comunes y hacer nuestras clases de Educación Física diferentes a las del resto del mundo, hemos dedicado estas últimas semanas a jugar a Quidditch, un deporte ficticio que aparece en la saga de Harry Potter. Lamentablemente, nuestro instituto no es Hogwarts, ni nosotros somos magos... Conclusión: no tenemos escobas que vuelan. Por ello, lo que realmente hemos practicado es su adaptación, el Quidditch Muggle.
Poco puedo decir de lo que se siente al jugar a este deporte porque durante estas clases sólo he sido una espectadora. La parte positiva de eso es que he podido hacer algunas fotos...
Ha sido interesante ver la evolución del juego. En la primera clase el único objetivo era llevar un balón de una portería a otra, casi sin reglas. En la última había aros, cazadores, guardianes, golpeadores, buscadores, Snitch Dorada, palos de madera a modo de escoba, etc.
Me ha sorprendido este deporte, ya que no tenía ni idea de que se practicase fuera de los libros y películas de Harry Potter. El único inconveniente que he podido observar es el uso de las escobas, pero sin ellas, seguramente, esto perdería toda la gracia.
Ana Sánchez Asensio
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