El primer día consistió en familiarizarnos con el lanzamiento del frisbee, el cogerlo al vuelo y las principales normas de este deporte. No lo afrontaba yo con mucho optimismo pero pronto descubrí que manejarse con el frisbee no resultaba tan difícil y que era muy entretenido. Solo tuve una mala impresión, cuando hicimos equipos para atacar y defender, me pareció muy difícil que un equipo lograse mantener la posesión hasta llegar al área contrario y anotar un punto. Con esa incógnita llegue a la siguiente clase de Ultimate.
El segundo y último día lo dedicamos casi por completo a realizar un rey de la pista y jugar cuanto mas partidos mejor. Mi duda se disipo en cuanto empezó el primer partido y constate de primera mano lo competitivo que puede llegar a ser este deporte y por supuesto lo dinámico. Creo que esas son las principales causas de que me haya acabado gustando este desconocido deporte y que como tantos otros intenta abrirse poco a poco hueco entre tanto fútbol.
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