Día 1
El primer día realizamos carreras de relevos en silla de ruedas. Para ir familiarizandonos con las sillas de ruedas antes de empezar las carreras, las utilizamos durante el calentamiento, jugando a que los que estaban en sillas de ruedas tenían que pillar a los que no, variando de vez en cuando el juego.
Al finalizar el calentamiento, dividimos la clase en tres grupos. Cada grupo, formado por 6 personas aproximadamente, disponía de dos sillas y tenía que intentar realizar el recorrido en el menor tiempo posible y esquivando todos los obstáculos. A esta modalidad de carrera se la denomina Slalom, está pensada para personas con lesiones cerebrales que tengan la necesidad de desplazarse en silla de ruedas y tiene distintos niveles según el grado de discapacidad.
Día 2
El segundo día volvimos a utilizar las sillas de ruedas, pero esta vez para practicar baloncesto. Los primeros minutos los dedicamos a aprender a manejarnos con las sillas y el balón de baloncesto al mismo tiempo, volviendo a realizar carreras de relevos. Después, formamos tres equipos y estuvimos jugando todo lo que quedaba de clase. Cada partido lo ganaba el primero que marcase seis puntos, si el balón daba en el cuadro anotaba un punto, si tocaba el aro eran dos puntos, y si se encestaba se añadían tres puntos; el equipo que ganaba jugaba contra el equipo que estaba esperando fuera.
Día 3
El tercer día practicamos dos deportes: boccia y curling. El primero, la boccia, es una variante de la petanca adaptada a personas con discapacidades psiquicas que precisan de una silla de ruedas. Nosotros lo practicamos en el gimnasio, dividiendo la clase en tres equipos, cada uno utilizando bolas de distinto peso a las de los otros equipos. Un componente de cada equipo se sentaba en una silla que simulaba una silla de ruedas, y, ayudado de una canaleta, tenía que intentar que su bola se acercase lo máximo posible a otra bola pequeña sin pasarla. Para ello tenía que dar indicaciones a otro componente del grupo para que moviese la canaleta, teniendo en cuenta la inclinación de esta, el peso de la bola y la altura a la que la colocaba.
El curling es un deporte que suele practicarse sobre hielo, realizando el lanzamiento con la ayuda de un stick; pero nosotros lo hemos practicado en el gimnasio. Para ello hemos vuelto a utilizar sillas normales en lugar de sillas de ruedas y nuestras piedras contaban con ruedas para deslizarse por el suelo.
 |
| Curling |
 |
| Boccia |
Día 4
El cuarto día jugamos a Goalball, un deporte ideado para personas con discapacidad visual en el que participan dos equipos de tres jugadores, a los que se les coloca un antifaz para igualar su visibilidad. El objetivo es introducir el balón en la portería contraria lanzándolo con las manos. El equipo contrario debe intentar impedir que éste entre en su portería, defendiendo normalmente desde el suelo, ya que el balón debe ir rodando. En clase formamos equipos de seis personas, tres defendiendo y tres atacando, lo que facilitaba el juego teniendo en cuenta la dificultad de orientarse sin ver nada.
Día 5
El último día que pudimos practicar deportes adaptados, jugamos a voleibol. En este deporte se enfrentan dos equipos formados por 6 personas, al igual que en el voleibol normal, siguiendo las mismas normas que éste. Está pensado para personas con discapacidades del tren inferior. En mi opinión, lo más difícil del voleibol adaptado es elevar un poco el cuerpo sin utilizar las piernas.
Además de los deportes que hemos realizado, también me habría gustado practicar el fútbol adaptado, pero no tuvimos tiempo. A pesar de eso, me ha parecido una práctica muy interesante y útil, ya que nos conciencia a todos de las dificultades por las que tienen que pasar algunas personas, pero también de que éstas no las hacen inferiores.
No hay comentarios:
Publicar un comentario