martes, 21 de abril de 2015

  DEPORTES ADAPTADOS

 Este trimestre Ismael, nuestro profesor de Educación Física, nos ha dado la oportunidad de ponernos en la piel de personas que tienen algún tipo de discapacidad y practican deportes adaptados para ellos, por no poder participar en deportes normales.
 Éstos deportes adaptados han sido: carrera de relevos, baloncesto en silla de ruedas, boccia, curling, Goalball y voleibol para personas con movilidad reducida. A continuación explicaré nuestra experiencia practicando estos deportes en clase.

Día 1
  Empezamos la clase con un juego para calentar y coger un poco de manejo con las sillas de ruedas. Después comenzamos con el primero de nuestros deportes adaptados; carrera de relevos (eslalon).  Para ello nos dividimos en 3 equipos, y cada equipo contaba con 2 sillas de ruedas. Teníamos que ir saliendo de uno en uno en silla de ruedas a un circuito con algunos obstáculos que debíamos sortear. El objetivo era acabar el circuito cuanto antes, pero, si algún miembro del equipo tiraba alguno de los obstáculos, tenía que empezar de nuevo.

Día 2
 Continuando con las sillas de ruedas, las utilizamos para jugar a baloncesto. El juego adaptado era un rey de pista pero, como meter el balón en el aro era extremadamente difícil, se contaba: 1 punto por tocar el aro, 2 puntos por dar en la tabla, y 3 puntos si metes canasta. De otro modo nadie habría conseguido punto. He de añadir que aunque a primera vista parece un deporte fácil, no lo es en absoluto.

Día 3
  El tercer día aprendimos una variante de la petanca, la boccia. Para ello hicimos 3 grupos, y lanzábamos bolas de uno en uno intentando que se acercara lo máximo posible a una bola central, pero sin pasarse.
  Después nos enseñaron una variante de éste mismo deporte para personas con aún menos movilidad, en el cual se disponía de una canaleta para guiar la bola, la fuerza con la que salía la bola dependía de la altura a la que la pusieses en la canaleta 
  Por último practicamos el curling. Al cual se suele jugar en una pista de hielo, empujando una piedra de granito (16 piedras en total) con un stick hasta llevarlo a una diana que hay pintada en el suelo con dos círculos concéntricos, uno externo (“draw”) y uno interno (“tee”), al cual hay que intentar acercarse lo máximo posible. Pero nosotros lo hemos practicado sin hielo y sin stick, lanzando unos discos directamente con la mano para llegar al centro de la diana.


Día 4
  El cuarto día practicamos el que fue, a mi parecer, el deporte más frustrante y agobiante, el Goalball. Se trata de un juego adaptado para discapacitados visuales, en el que dos equipos de tres personas lanzan un balón para intentar meterlo en la portería del otro (de 9 metros de ancho).
  Nosotros hemos hecho equipos de 6 personas, de las cuales 3 atacaban y 3 defendían tumbados en el suelo. Usamos antifaces para simular la ceguera y el balón tenía cascabeles dentro para poder oírlo y hacerse una idea de dónde estaba. Al jugar sin visión alguna se pierde el sentido de la orientación y no sabes muy bien hacia donde te estás moviendo en ningún momento. Aun así me ha parecido una práctica muy interesante para saber qué sienten estas personas.

Día 5
  Para finalizar con los deportes adaptados, jugamos al voleibol paralímpico, el cual sigue las mismas reglas que el voleibol común. La única diferencia es que, al estar adaptado para personas con movilidad reducida, jugábamos sentados en el suelo y no se nos permitía mover las piernas; para saltar había que impulsarse con el cuerpo un poco hacia arriba (esto es realmente difícil).

Raquel Bañegil Collado 1ºN



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