El primer día hicimos baloncesto en silla de ruedas: Personalmente a mi fue el que más me gustó, me pareció más complicado en cuanto a movilidad pero más sencillo en cuanto a anotar puntos se refería. Antes de hacer el primer partido, tuvimos unas clases para ir cogiendo práctica con las sillas de ruedas, y aprender lo básico para poder controlarlas. Este deporte está pensado para personas que no tengan movilidad en las piernas, pero si en los brazos.
El segundo día hicimos goalball, una especie de balonmano para ciegos, mucho más simple. A mi este personalmente no me gustó mucho, aunque también era entretenido. El balón llevaba un cascabel para que tu lo pudieses coger sin la necesidad de usar la vista, y el objetivo del juego era marcar punto lanzando la pelota para que llegase al final del campo. Había unos defensas estratégicamente colocados para que el balón no llegase a marcar punto.
El tercer día hicimos el boccia y el curling, ambos deportes pensados para gente con muy poca movilidad. El boccia es muy parecido a la petanca, con la diferencia de que no puedes pasarte ni golpear la bola a la que te tienes que acercar lo máximo posible. Se juega con bolas de distinto peso
El último día hicimos uno de mis preferidos, el voleibol sentado, para gente con discapacidad en las piernas. Las reglas son las mismas que en voleibol, hay incluso rotaciones, pero no puedes levantar el culo, lo cual se me hizo realmente dífícil.
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