Últimamente en educación física, hemos tenido la oportunidad de pasar por una de las experiencias más sorprendentes e inesperadas que una persona pueda tener. Y es porque hemos realizado unos deportes exclusivos para las personas discapacitadas. Aunque estas personas sean incapaces de realizar algunas de las acciones que para nosotros son básicas en nuestra vida, ellos tienen el derecho y la posibilidad de realizar deportes adaptados a sus incapacidades.
El primero de los deportes estaba relacionados con los invidentes, y no eres capaz de imaginar lo que una persona ciega tiene que pasar en su día a día hasta que te ponen el pañuelo en los ojos.
Este deporte es el goalball, el cuál se puede considerar una variante del fútbol pero exclusivamente para ciegos. En él, encontramos dos equipos formados por seis personas cada uno. Tres de ellas están tumbadas intentando ocupar el mayor espacio posible (ahora explicaré por qué) y otras tres de pie. Este deporte se podría considerar una variante del fútbol, ya que el objetivo es meter cuantos más goles mejor en la portería contraria. Por tanto, los que están de pie serán los que con las manos lancen el balón hacia la portería contraria, y los del otro equipo tendrán que defender tratando de coger el balón guiándose por un cascabel que hay introducido en la bola.
El segundo de los deportes es el voleibol sentado, y en este caso es un deporte adaptado a las personas que tienen discapacidad en las piernas. Las reglas son las mismas que las de voleibol normal, solo que tienes que estar sentado en todo momento. Esto de primeras puede parecer poca cosa y que apenas cambia el juego, pero una vez que estás sentado te das cuenta de que la dificultad aumenta, por ejemplo a la hora de llegar a balones que, en condiciones normales llegarías con solo dar un par de pasos, aquí tienes que estirarte con todas tus ganas y fuerzas para llegar a él.
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