Es una experiencia diferente solo por el simple echo de ponerte en la piel de una persona ciega, invalida, o con cualquier otra discapacidad, dependientes de los demás sentidos, que por suerte o desgracia los tienen muy desarrollados.
Después de haber experimentado juegos adaptados, valoro más las cosas que llegamos hacer o ver en un día normal, el color del cielo, el pasear etc.
Uno de los juego que más me gusto fue el balonmano sentados, ya que experimentas una forma nueva de jugar a ello sin poder valerte de tus piernas.
Por último decir que admiro a todas las personas que por una enfermedad, un accidente, no pueden hacer lo que hacían antes, pero siguen luchando día a día.
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